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sábado, 30 de octubre de 2010

Pregunta Abierta

Como miembros de esta sociedad, hay temas que no podemos dejar de discutir. En nuestro caso, como futuros trabajadores del audiovisual y el cine tenemos que pensar desde ya en problemáticas que nos atañen directamente en nuestra condición recién mencionada y sobre todo como sujetos de esta sociedad.
El cine, entendiéndolo como arte,  pero también como sistema de producción industrial, está regido hoy bajo los azares del capitalismo y como industria cultural, es, evidentemente, parte estructural del yugo hegemónico que nos imponen las grandes corporaciones, empresas y grupos económicos a nivel planetario. Esferas de poder que se nos presentan asfixiantes para quienes no somos, ni pretendemos ser parte de ellas. Esta hegemonía económica y política, envuelve hoy una nueva colonización en nuestras tierras. Esta colonización, que alguna vez se hizo a punta de fusiles, hoy se lleva a cabo a través de formas más abstractas como la economía y los medios comunicación masivos. El cine, claro está, no se aleja de esta realidad.

A raíz del ruido mediático que se produjo recientemente por la ley que obligaría a las radio emisoras nacionales a transmitir al menos un 20% de música nacional en su programación, protegiendo de alguna forma la producción artística nacional, nos abre paso al debate sobre “la cuota de pantalla”.  La cuota de pantalla es la restricción y ordenamiento que estable el Estado respecto a la cantidad obligatoria de películas por sala en un período determinado. Es una medida que algunos países han impulsado a fin de proteger su cinematografía nacional.

La cuota de pantalla es, entonces, una forma de proteger el cine de un país.  El tema se transforma en una cuestión ideológica, cualquiera podría alegar que se estaría privando de la libertad de elegir libremente,  que se estarían pasando a llevar los derechos del consumidor, perdón, del  ciudadano. Entonces, ¿debería el Estado regular la cuota de pantalla, la música, el cine ?, a favor, claro, de privilegiar la producción nacional?

Jorge Coscia, Director del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina,  relata:

“Hay un episodio aleccionador en torno del tema del proteccionismo, que tiene que ver con el nacimiento mismo del cine. El 1891 Edison inventa en Estados Unidos un aparato de visión individual llamado kinetoscopio. […] Casi en paralelo, los hermanos Lumiere desarrollan en Francia otro modo de ver cine que consistía en la proyección de la imagen sobre una pantalla. El cinematógrafo no interesó en principio a Edison, hasta que Félix Mesguisch, operador de los hermanos Lumiere, ensayó el sistema con un éxito abrumador que incluyó vítores a los Lumiere. El cine se transformaba así en el gran arte de masas que aún hoy continúa siendo.
Era 1896 […]  ya habían proliferado las salas de exhibición equipadas con aparatos de proyección de patente americana llamados vitascopio, veriscopio y el muy conocido biógrafo.
Las autoridades aduaneras (USA) confiscaron los equipos franceses y Mesguish debió partir con las imágenes francesas y su Marsellesa al Canadá. Una mezcla de piratería industrial y proteccionismo hacía nacer a la gran industria del espectáculo que no mucho después se llamaría Hollywood.”

Pues bien, el sistema actual es voraz, la industria cultural es un sistema económico guiado, la producción y los movimientos de esta industria, están formulados evidentemente en la misma dirección que el interés por perpetuar la hegemonía económica, política y cultural de quienes manejan los grandes medios, las grandes productoras, distribuidoras y salas de cine, salas que en su mayoría están dentro de los “Malls” (que coincidencia). Ante esto, la actual situación de ausencia de opinión política sobre estos temas, es la solución de la ausencia de las ideologías, ¿no es acaso esto, la ideología de las no-ideologías?, cuando no opinamos ni nos informamos, y no tomamos posturas sobre estos temas, ¿no estamos asintiendo la situación actual?

El tema es complicado, la protección del cine no es la misma protección aduanera aplicable en otras áreas industriales como la producción agrícola, Argentina pudo producir automóviles, gracias a la protección aduanera respecto a la cantidad de autos de fabricación extranjera que dejaron entrar a su País. En Chile se producían zapatos, llegaron los zapatos chinos, no hubo ninguna medida de protección y la industria nacional murió. La pregunta es cómo proteger la industria del cine en el mundo actual del “mass-media”. Teniendo en cuenta que en Chile aún no existe “Industria del cine”, no es un tema menor ni sencillo, pero los gringos hicieron Hollywood, los argentinos fabricaron autos. Y  hay ejemplos como el de Francia, donde el Estado si ha tomado medidas a favor de su industria cinematográfica.

¿Y nosotros?, qué haremos A 200 años, de lo que llamamos “Chile”, seguiremos permitiendo que el cine que copa el 98% de las salas de este país, siga instalando una forma de ver el mundo fabricada en un estudio gringo?. No creo que haya que prohibir el cine de Hollywood, pero si estamos estudiando cine, algo tendremos que hacer para tener siquiera una posibilidad de que esto surja enserio y en directa relación al talento que podemos encontrar acá mismito. No nos conformemos con el fondo audiovisual, ganar un par de festivales y hacer una buena película de vez en cuando, seguro podemos hacer más y competir de igual a igual con esas mega producciones que llenan los cines chilenos, y que por lo de mas, una sola de esas películas cuesta en su producción y distribución mucho más que lo que reparte el fondo audiovisual todos los años en Chile. Entonces, ¿cómo competir?

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